El país cuenta con muchos kilómetros de costa, de paisajes muy variados, que dan sobre el océano Atlántico, el mar de Irlanda y el mar Celta. El interior presenta una enorme diversidad en lo que a paisajes se refiere: desde toscas rocas a cerros de un rojizo ardiente, pasando por paisajes lunares y pintorescos lagos. También las ciudades merecen la pena, pues ofrecen historia, cultura y una ajetreada vida nocturna. Los irlandeses, con su carácter amigable y su saber vivir, harán que disfrutes al máximo de tus vacaciones en Irlanda.
Descubre una naturaleza que cambia sin cesar
Senderismo, montar a caballo, rutas en bicicleta, deportes acuáticos, montañismo, golf: en Irlanda todo es posible. Encontrarás paisajes de ensueño en el sur y el suroeste del país, en los alrededores de Cork y Killarney. Allí, el litoral feroz y los ríos y lagos salvajes se convierten en verdes praderas con rebaños de vacas pastando. En sus paseos por la costa uno se topa con escondidas calas abandonadas, faros y antiguas ruinas, enclavados en maravillosas bahías. En el punto situado más al oeste se eleva el enclave turístico de Dingle. Con un poco de suerte, en sus costas pueden divisarse delfines y focas.
Algo más al norte, en la costa occidental se halla la carretera costera más larga del mundo. La Wild Atlantic Way recorre los acantilados sobre el bravo Atlántico durante más de 2500 kilómetros. Diversos hitos jalonan esta ruta, perfecta para viajeros osados, como los Acantilados de Moher, en Liscannor, que figuran entre los más altos de Europa. Son saltos de piedra caliza que se elevan entre 120 y 214 metros sobre la costa. Por toda la zona costera los amantes de la buena mesa disfrutarán con sus riquísimos mejillones y cangrejos, así como con otras exquisiteces culinarias marinas. Y para los que prefieran la carne, existen multitud de restaurantes que sirven platos de cordero, ternera y cerdo.
En el interior se suceden lagos, ríos y montañas, ofreciendo al visitante paisajes continuamente sorprendentes, que varían con las estaciones del año. Los lagos y ríos ofrecen numerosas posibilidades para divertirse practicando deportes acuáticos, entre ellos, por supuesto, la pesca. Las aguas irlandesas son ricas en trucha, lucio y salmón. Y no nos olvidemos del golf. ¡Irlanda cuenta con más de 400 campos donde practicarlo!
Vibrantes ciudades y tranquilos pueblos
Diseminados por toda la geografía encontrarás pueblecitos de ensueño que albergan una gran riqueza histórica y cultural. Inesperados castillos y ruinas de gran belleza vestigio de tiempos pasados, una preciosa iglesia, un museo interesante o un original pub: en cada esquina te espera una sorpresa. Las ciudades irlandesas son bulliciosas y alegres, repletas de centros comerciales, restaurantes y, naturalmente, pubs.
Dublín, la capital de Irlanda, es la ciudad más grande y moderna del país. Dublín se encuentra en la costa y desde sus orígenes ha sido una ciudad portuaria. Los antiguos muelles albergan actualmente elegantes viviendas y oficinas. Merece la pena visitar estas Docklands para admirar su llamativa arquitectura. La ciudad es asimismo muy rica en cultura e historia. Por ejemplo, encontrarás el Dublin Castle, un castillo medieval, el Irish Museum of Modern Art y el Casino Marino, de estilo neoclásico. La segunda ciudad del país es Cork, situada en el sur, junto al mar. El puerto de Cork es uno de los mayores puertos naturales del mundo. Solo por esta razón merece la pena visitarlo. La ciudad se alza en su mayor parte sobre una isla situada en el río Lee. No te pierdas las dos catedrales, dos de los principales lugares de interés. Cork es además un paraíso para las compras.
Información práctica
Irlanda es un país bilingüe que pertenece a la eurozona. Esto significa que en Irlanda se puede hablar inglés y pagar con euros. Lo que sí es diferente de Holanda y Bélgica es que se conduce por la izquierda. O sea, que hay que acostumbrarse y tener cuidado si alquilas un coche o si vas caminando por la calle o en bicicleta. También la hora cambia, ya que en Irlanda hay una hora menos que en Holanda. No es difícil alquilar casas de vacaciones en Irlanda. En nuestra web encontrarás información sobre viviendas vacacionales en Irlanda para grupos grandes y pequeños y para estancias cortas o largas: casitas en la ciudad o alojamientos en plena naturaleza. Y para llegar a Irlanda puedes elegir entre el avión y el ferry. En avión llegas a Cork, Dublín, Galway o Belfast. El barco te lleva a Dublín, Dun Laoghaire, Cork o Rosslare. Hay travesías directas desde Normandía y Bretaña en Francia, pero también se puede llegar primero en ferry hasta Inglaterra y coger allí otro que te lleve a Irlanda. ¡Con la travesía en barco, tus vacaciones empezarán mucho antes de llegar a tu casa de vacaciones en Irlanda!